NOTICIA DE LA ZAGREB JUDIA
por Ricardo Angoso
Al parecer, los primeros judíos que se sabe vivieron en Croacia, y probablemente en Zagreb, fueron Mar Saul y Mar Joseph, emisarios del rey Krešimir ʿAbd al-Raḥman III, el califa de Córdoba en el siglo X, que querían visitar a un rey jázaro. Durante el siglo XIII, los judíos parece que llegaron a Zagreb desde Francia, Malta y Albania y existe constancia en la comunidad local de que algunos vivían allí a fines del siglo XIV. Las crónicas Las crónicas de la ciudad de Zagreb para 1444 mencionan un domus judaeorum (casa de la comunidad o sinagoga), aunque poco se sabe sobre la vida y las actividades judías, excepto que eran comerciantes y prestamistas y que venían de Hungría, Polonia o Moravia.
En 1526, una orden de expulsión de Fernando I, que estaba vinculada a la conversión de la mayor parte de Croacia en una claramente de predominio católico, puso fin a la existencia de los judíos medievales en Zagreb, y durante más de dos siglos ningún judío vivió allí o frecuentó la ciudad. Los nuevos colonos judíos llegaron a Croacia a mediados del siglo XVIII desde Bohemia, Moravia y Hungría, y unas 50 familias vivían en Zagreb en la década de 1840. La comunidad se fundó oficialmente en 1806. En 1841 se creó una comunidad ortodoxa más pequeña. No hay noticias de que judíos de origen sefardí procedentes de las expulsiones de España y Portugal se instalaran en Croacia, tal como ocurrió en otras partes de Europa y de los Balcanes.
El primer rabino de la comunidad de Zagreb fue Aaron Palota (1809–1849). En 1867 se inauguró la nueva sinagoga, que fue completamente demolida en 1941 por el régimen pro-nazi de los ustachas, fascistas croatas que apoyaron a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. El edificio fue construido por Franjo Klein, uno de los arquitectos más importantes de Zagreb y que dejó su sello en varias importantes obras en Zagreb. El liderazgo espiritual de la comunidad estuvo en manos del rabino Hosea Jacoby (1841-1925) durante 50 años, y bajo su dirección se abrió una escuela y una torah de talmud y se organizó la vida religiosa. Un nuevo cementerio para la comunidad judía fue construido en 1878. El filántropo Ljudevit Schwarz fue el principal motor en el establecimiento de un hogar judío para ancianos; todavía funcionaba en 1970 como el Hogar Judío Central para los Ancianos en Yugoslavia, y contó con la asistencia financiera del Comité de Distribución Conjunta de los Estados Unidos. En 1898 se creó una unión de estudiantes judíos de secundaria y se convirtió en un campo de entrenamiento para futuros líderes comunales y sionistas, en plena era del esplendor del sionismo en toda Europa central y del este.
Los derechos civiles de los judíos fueron reconocidos en 1873 no sin antes algunos incidentes antisemitas, como los ocurridos en 1858 cuando un libelo publicado por grupos nacionalistas incitaba al odio racial contra los judíos y al boicot de sus negocios. En 1918 se funda la primera Yugoslavia y la comunidad judía estaba plenamente organizada, contando con club deportivos, asociaciones culturales, sinagogas, hospitales, escuelas y un nutrido tejido asociativo y comunitario. En esos años de efervescencia cultural y educativa, hay que destacar prominentes judíos en las artes: el pintor Oscar Hermann; el escultor Slavko Bril; el pianista Julius Epstein; y el maestro de banda Anton Schwarz.
Se calcula que en 1941, cuando Croacia pasa a ser un fiel colaborador de los nazis, vivían algo más de 12.000 judíos en el país, muchos refugiados procedentes de Austria, Alemania y Hungría, donde ya se presentía el aliento asesino de los nazis. Los dirigentes fascistas locales, que ocuparon también una buena parte de Bosnia y Herzegovina, se pusieron manos a la obra y exterminaron a miles de judíos, gitanos y serbios. Mención aparte que daría para un ensayo más prolijo fue el campo de concentración de Jasenovac, un lugar tristemente conocido en la historia de Croacia.
Las páginas del Museo Memorial del Holocausto de Washington dan cuenta de esta gran tragedia: “Desde su creación en 1941 hasta la evacuación en abril de 1945, las autoridades croatas asesinaron a miles de personas en Jasenovac. Entre las victimas se hallaban: entre 45.000 y 52.000 residentes serbios del llamado Estado Independiente de Croacia; entre 8.000 y 20.000 judíos; entre 8.000 y 15.000 roma (gitanos); y entre 5.000 y 12.000 croatas y musulmanes, que eran adversarios políticos y religiosos del régimen”. Y sigue el relato sobre esta matanza en dichas páginas: “Las autoridades croatas asesinaron entre 330.000 y 390.000 residentes serbios de Croacia y Bosnia durante el periodo del gobierno ustaša; más de 30.000 judíos croatas fueron asesinados en Croacia o en Auschwitz-Birkenau”.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial quedaban vivos en Croacia unos 5.000 judíos, una cifra muy alta si tenemos en cuenta la brutal represión que acontenció en una de los naciones más fieles a la causa genocida de Hitler en la contienda, pero la caída de el país en manos de los comunistas, la creación de Israel (1948) y las adversas condiciones que vivía la nación tras quedar devastada provocaron un éxodo masivo de la población hebrea. Por ejemplo, fruto de ese auténtico exodo, en el año 1970 solamente vivían 1.200 judíos en toda Croacia. En el año 2002, según el último censo publicado, vivían en toda Croacia 495 judíos sobre una población de casi cinco millones de habitantes, una cifra insignificante si lo comparamos con las comunidades de otras naciones vecinas. A continuación reseñamos el escaso legado judío que queda en la capital croata.
1.Cementerio de Migoroj. Es un gran cementerio que hay que recorrer con calma, ya que es muy extenso, y cuenta con bellos panteones, tumbas y monumentos funerarios. El lugar merece la pensa visitarse con mucho tiempo, y en el recinto conviven católicos, judíos y ortodoxos, junto a otras confesiones, en armonía y sin problemas a lo largo de su dilatada historia. Diría que es un cementerio único en el mundo, por convivir todas las religiones juntas pero no revueltas, ya que cada una tiene un área determinada en el camposanto aunque algunas tumbas a veces aparecen entremezcladas con confesiones que no son las suyas. Realmente, después de visitar muchos cementerios en Europa del Este puedo decir que este lugar tiene un carácter excepcional por esa pluralidad que relataba antes.
También llama la atención la cantidad de tumbas de matrimonios y familias mixtas que hay, por ejemplo de croatas con serbios, de judíos con croatas y de serbios con todos, lo que contradice el discurso etnicista de los nacionalismos yugoslavos en el sentido de que la convivencia multiétnica estalló en pedazos en la antigua Yugoslavia y la guerra apareció como consecuencia natural de la misma. Una absoluta mentira a tenor de lo que vemos en este cementerio, donde comprobamos gráficamente que los matrimonios entre las distintas etnias y la convivencia entre las mismas sí fue posible. Incluso en la parte judía hay tumbas donde conviven matrimonios de judíos y croatas que conservaron su respectiva religión los dos integrantes del matrimonio y en las lápidas aparecen juntas la estrella de David y la cruz católica. Increíble ejercicio de convivencia y respeto que debemos reseñar.
El Cementerio de Mirogoj es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y su interior alberga tumbas de los hombres croatas más ilustres de los últimos tiempos, entre los que destacan: Zlatko Baloković, violinista; Hermann Bollé,,architecto; Ivana Brlić-Mažuranić, escritor; Ferdinand Budicki, gran viajero; Arsen Dedić, cantante y compositor; Dimitrija Demeter, intelectual grecocroata; Filip Deutsch, industrial; Julio Deutsch, arquitecto; Janko Drašković, poeta; Aleksandar Ehrmann, industrial;Leo Hönigsberg, arquiecto; Hosea Jacobi, rabino-jefe de Zagreb; Miroslav Krleža,artista; Svetozar Kurepa, matemático; Savić Marković Štedimlija, escritor; Antun Gustav Matoš, escritor; Edo Murtić,escritor; Vladimir Nazor ,escritor; Maximilian Njegovan, militar y Dražen Petrović,futbolista, entre otras grandes figuras, anque la lista sería interminable.
El cementerio fue creado en 1876 en una parcela de terreno propiedad del lingüista Ljudevit Gaj, que lo donó para tal fin sin poner condiciones. Luego el arquitecto Hermann Bollé diseñó el edificio principal, de una gran belleza, y le dotó a todo el conjunto de la estructura que hemos conocido hasta hoy. La construcción de las arcadas, las cúpulas, y la iglesia en la entrada se iniciaron en 1879 y el trabajo finalmente se concluyó en 1929.
Pese a todos los avatares, conflictos y guerras que vivió el país, el cementerio fue respetado por todos los gobiernos que tuvo Croacia en el último siglo: el Imperio austro-húngaro (hasta 1918), la Yugoslavia monárquica (1919-1941), el gobierno fascista aliado de Hitler (1941-1945), la Yugoslavia comunista (1945-1991) y la Croacia independiente (1992-2019). Se encuentra en la calle Mirogoj, número 10.
- Museo Judío de Zagreb. Es un museo de reciente creación del que tenemos pocas noticias, pero hemos encontrado una breve reseña en una página de turismo de Zagreb que reproducimos a continuación: “El Museo Judío de Zagreb es uno de los últimos museos de Zagreb. Posee una excepcional colección de arte sacro. De hecho, el museo alberga alrededor de 150 exhibiciones que atestiguan la rica vida espiritual de la comunidad judía croata desde 1806. La comunidad recolectó estos artefactos durante décadas y la mayoría de ellos son objetos sacros, preservados dentro de familias judías. No solo presentan su rico patrimonio histórico, sino también sus contribuciones culturales, artísticas y económicas a la sociedad. Tanto el Museo Judío como la comunidad están continuamente recolectando y preservando objetos históricos y relacionados con el Holocausto”. Se encuentra en la plaza Ban Jelacic.
3.Campo de Jasenovac. Se encuentra algo alejado de Zagreb pero se puede visitar y en coche se tarda una hora en llegar, pero es un buen lugar para rendir homenaje a los fallecidos durante el Holocausto en Croacia.
El periodista Robert Fisk, en un artículo publicado en el diario El País, relataba el horror que se vivió en este lugar, comparable a Auschwitz, y que ilustra la brutalidad y crueldad de los ustachas croatas:”Hace 50 años, los croatas sacaron al serbio Branko Jungic de su pueblo bosnio y le obligaron a arrodillarse en el suelo pelado, en un lugar llamado Jasenovac. Luego le cortaron la cabeza con una sierra. Lo hicieron sin ocultarse. Incluso tomaron fotografías, una de ellas mostrando a Jungic de rodillas, con su brazo izquierdo extendido para mantener el equilibrio en los momentos iniciales de la agonía, con la boca abierta en expresión de horror mientras sus torturadores uniformados posaban orgullosamente a su alrededor”.
4.Comunidad Judía Bet Israel de Croacia. Aunque no es un lugar de un gran interés monumental o histórico, lo incluimos aquí porque es la única sinagoga en activo en la capital croata y porque allí se encuentran las oficinas de la comunidad. Se encuentra en la calle Ivana i Vladimira Mažuranića, número 6.