LA DESTRUCCIÓN DE LA CRACOVIA JUDÍA

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La persecución de los judíos de Cracovia comenzó nada más invadir los nazis Polonia, en septiembre de 1939, y las medidas represivas abarcaban desde el cierre de todas las sinagogas hasta la imposición de la obligación de llevar el brazalete con la estrella de David, pasando por la confiscación de los objetos de valor incluyendo las reliquias religiosas y las joyas de cierto valor. En mayo de 1940 todos los judíos de la ciudad fueron expulsados excepto 15.000 a los que se les permitió quedarse como trabajadores junto con sus familias en un régimen de casi semiesclavitud. Antes de que comenzara la contienda mundial la ciudad polaca de Cracovia tenía una importante comunidad judía de unas 69.000 personas que gozaba de la tolerancia que no tenía en otras partes de Europa y vivía sin problemas con la comunidad cristiana en el barrio de Kazimierz. Este barrio funcionaba como una ciudad aparte totalmente independiente rodeada por el río Vístula, separada del casco histórico propiamente polaco y muy cercana al castillo de Wawel. La urbe fue fundada en el siglo XIV por el rey Casimiro III, de donde proviene el nombre de Kaziemierz, y después pasó a convertirse en un barrio más de la ciudad en el siglo XVI, bajo el dominio de Austria, cuando se ampliaron los límites administrativos de lo que hoy es prácticamente la Cracovia actual.Sin embargo, esta historia de tolerancia, convivencia pacífica y coexistencia de las dos culturas -polaca y judía- llegó a su fin con la ocupación alemana. En 1941, siguiendo el relato de los tristes acontecimientos acontecidos en la Segunda Guerra Mundial, las cosas cambiaron drásticamente para los judíos de la ciudad. El gueto de Cracovia se estableció formalmente el 3 de marzo de 1941 en el distrito de Podgórze y en el mismo llegaron a vivir 15 000 personas, hacinadas en 30 calles, 320 edificios de viviendas y 3167 habitaciones. Más tarde, según cuentan las fuentes a partir de mayo de 1942, los alemanes comenzaron a deportar a los judíos a los campos de concentración cercanos a Cracovia, entre los que destacaba el tristemente conocido como Auschwitz. Finalmente, los días 13 y 14 de marzo de 1943 los nazis ejecutaron la ‘liquidación’ final del gueto bajo el mando del Sturmbannführer de las SS Willi Haase y la operación fue llevada, desgraciadamente, con éxito. Unos 8000 judíos considerados en estado de trabajar fueron transportados al campo de concentración de Cracovia-Płaszów, mientras que los considerados incapaces de trabajar -se calculan en unos 2000- fueron asesinados en las calles del gueto durante esos días. Estas acciones contra el gueto de Cracovia son mostradas con todo lujo de detalles y de una forma muy gráfica en la película La Lista de Schindler, de Steven Spielberg, donde se ve a la famosa niña del abrigo rojo huyendo de la destrucción provocada por los nazis en este lugar. Los supervivientes del gueto de Cracovia fueron enviados a Auschwitz, un complejo de campos donde murieron alrededor de un millón y medio de personas, de las cuales el 90% eran judías, y que se pude visitar en tren desde esta ciudad polaca. Aunque hubo algunas acciones de resistencia dentro y fuera del gueto, la mayor parte de la población judía de la ciudad fue aniquilada y todas las instituciones hebreas, tanto cívicas como religiosas, fueron cerradas para siempre. En 1945, tras la derrota del nazismo y la llegada de las tropas soviéticas que liberaron Polonia, los pocos judíos que habían sobrevivido a la guerra y al exterminio huyeron hacia la Alemania ocupada por los aliados, Israel, los Estados Unidos y otros países de Europa. Un censo realizado en 1948 por las autoridades comunistas de la Polonia de entonces reflejaba que apenas había en la ciudad unos 5.900 judíos, lo que significaba que casi 95% de la población hebrea de Cracovia había sido eliminada, y unos años más tarde, otro censo realizado en la década de los setenta del año pasado, tan sólo recogía la presencia de seis centenares de hebreos. Para terminar, hay que reseñar la presencia en Cracovia durante el conflicto y posterior eliminación de la vida judía de la ciudad de cuatro personajes fundamentales que hicieron historia por distintos motivos: en primer lugar, el director de cine Roman Polanski, superviviente del gueto, que recogió sus recuerdos y su experiencia de niño en sus memorias, Roman, un relato en que se entremezclan la normalidad de los primeros meses del gueto, el horror al que los nazis sometían a los judíos y después la destrucción de ese mundo por los alemanes; también está Roma Ligocka, artista, autora polaca, y prima de Roman Polanski, que fue rescatada y sobrevivió al gueto para años más tarde escribir La chica del abrigo rojo: recuerdos, basada en sus experiencias y después retratada en la película de Spielberg; y, en tercer lugar, pero no menos importante que los anteriores, Tadeusz Pankiewicz, un farmacéutico polaco que era el propietario de la farmacia Águila de Cracovia y que quedó dentro del gueto ayudando a rescatar a varios judíos, recibiendo después como reconocimiento el título de Justo entre las Naciones por parte del Estado de Israel; y, finalmente, el empresario alemán Oskar Schindler, que llegó a Cracovia para aprovechar la mano de obra del gueto y salvó a varios centenares de sus trabajadores tal como se relata en la película La lista de Schindler de Steven Spielberg.

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