EL MUSEO JUDIO DE DE VILNA, UN LUGAR PARA PRESERVAR LA MEMORIA Y EL RECUERDO DE LOS HEBREOS LITUANOS
El gran pasado judío de Vilna, cuya comunidad en el año 1939 superaba las 70.000 personas, es recogida en esta escueta pero interesante exposición sobre todo de pintura, en la que destaca con fuerza la obra del pintor Samuel Bak.
por Ricardo Angoso
Como en otras partes de Europa, Lituania nada más ser invadida por los nazis soportó las primeras medidas antisemitas y en su capital, Vilna, los judíos serían confinados en un gueto y, poco a poco, se iban poniendo los raíles para la puesta en marcha de la “solución final”, más conocida como el Holocausto o la Shoah. Como señala la Enciclopedia del Holocausto del Museo Memorial del Holocausto de los Estados Unidos, sito en Washington, “en julio de 1941, la administración militar alemana publicó una serie de decretos en contra de los judíos. Durante ese mismo mes, los Einsatzgruppen alemanes (equipos móviles preparados para ejecutar grandes matanzas), ayudados por auxiliares de Lituania, mataron a 5.000 hombres judíos en el bosque de Ponary, a 13 kilómetros de Vilna. Una administración civil alemana tomó el control de Vilna en agosto de 1941. Al final del mismo mes, los alemanes mataron a otros 3.500 judíos en Ponary”.
Más tarde, a principios de septiembre de 1941, los alemanes establecieron dos guetos en Vilna. Aquellos judíos a los que se les consideraba incapaces de trabajar se les concentraba en el denominado gueto número 2. En octubre de 1941, los destacamentos de los Einsatzgruppe alemanes y los auxiliares lituanos destruyeron este gueto y mataron a toda su población en Ponary. La prisión de Lukiszki sirvió como centro de recogida de los judíos que se iban a llevar a Ponary y a los que se iba a fusilar. A finales de 1941, los Einsatzgruppen habían matado a cerca de 40.000 judíos en Ponary. (Fuente citada y consultada: https://encyclopedia.ushmm.org/content/en/article/vilna).
Una parte fundamental de este Museo Judío del Estado de Vilna está dedicado a pinturas y obras que nos recuerdan toda esta tragedia, como las del famoso pintor lituano Samuel Bak, que sobrevivió al Holocausto y pudo contar al mundo la magnitud de la tragedia de los judíos lituanos en sus obras. (Sobre Bak, ver esta nota en Aurora: https://aurora-israel.co.il/samuel-bak-de-nino-del-holocausto-a-pintor-genial/).
Aparte de esta muestra gráfica bien amplia de Bak, con una gran sala monográfica dedicada solamente a su obra, nos encontramos otras obras de algunos pintores judíos lituanos y una temporal que recrea el gueto de Varsovia en el pasado con superposiciones fotográficas actuales junto con varios objetos que recuerdan el pasado judío de la capital lituana.
La exposición sobre Varsovia se llama “Ciudad de los vivos / Ciudad de los muertos” y es un proyecto fotográfico de Robert Wilczyński. Combinando imágenes de archivo de personas y lugares en el Gueto de Varsovia (de la colección del Museo del Gueto de Varsovia) con fotografías de la Varsovia actual, el artista recupera y visualiza un período dramático en la historia de la ciudad. Pero sigamos con el relato del Museo.
La historia del Museo, tal como nos dice la página web del mismo, es larga y a través de su historia sufrió numerosas transformaciones y cambios:”El Museo Judío, como institución que se ocupa de la cultura y las tradiciones judías, tiene una larga tradición en Lituania. El primer museo judío se creó en Vilnius (entonces Vilna) en 1913 gracias a los esfuerzos de la Sociedad de Amantes de la Antigüedad Judía. Las actividades de esta sociedad y museo se vieron interrumpidas con el estallido de la Primera Guerra Mundial. En 1919, el destacado escritor judío Sholom Zanvil Rapoport (más conocido con el seudónimo de Shalom An-Ski,) revivió la sociedad y pasó a llamarse Sociedad Lituano-Bielorrusa de Historia y Etnografía Judía”. El Museo Judío fue restablecido en 1920, abolido por los invasores soviéticos en 1940, cerrado por los nazis en 1941 y luego durante el periodo de entreguerras que tuvo como corolario final el Holocausto la institución sufrió diversas vicisitudes.
DEL CIERRE POR LOS SOVIETICOS A LA APERTURA EN LA PERESTROIKA
Pero lo peor estaba por llegar tras la llegada de los soviéticos definitivamente a Lituania y la instalación de un gobierno comunista en Vilna, tal como sigue el relato de las páginas del Museo:”Una resolución del 10 de junio de 1949, aprobada por el Consejo de Ministros de la Lituania soviética, aparentemente destinada a reorganizar el Museo Judío en el Museo de Historia Local de Vilnius, en realidad significó la abolición del museo. Su rica colección fue enviada a diversas instituciones. La resolución permitió la transferencia de material etnográfico al Museo de Historia Local, exhibiciones de acontecimientos revolucionarios al Museo Estatal de Historia y Revolución y objetos de valor artístico a la Junta de Asuntos Artísticos. Los libros fueron entregados a la Cámara del Libro de la Lituania soviética. Todo el inventario restante se entregó a la Escuela de Formación de Bibliotecarios. Los materiales de archivo se almacenaron en los Archivos Estatales Centrales de Lituania. Por último, el edificio del museo fue entregado al Comité de Instituciones Culturales y Educativas”.
Fue al calor de la perestroika impulsada por Mijail Gorbachov, cuando el Museo reabrió de nuevo sus puertas, tal como no sigue relatando la misma fuente:“El 6 de septiembre de 1989, el Gobierno de la Lituania soviética aprobó la Resolución número 177-P. Esta resolución permitió la reapertura del Museo Judío después de 50 años de inexistencia. La Resolución Gubernamental No. 56, de fecha 13 de febrero de 1991, autorizó la devolución de la mayoría de los artefactos almacenados del Museo Judío de la posguerra al restablecido Museo Estatal Judío de Lituania. El mismo año, la Galería de Arte M. K. Čiurlionis de Kaunas donó a la nueva institución judía los objetos conservados que tenía almacenados por la Sociedad de Historia y Etnografía de Kaunas. Estos tesoros se convirtieron en la base de la colección del Museo Judío. En 1997, en el 200 aniversario de la muerte del renombrado erudito de la Torá Gaon de Vilna, nuestra institución pasó a llamarse Museo Judío Estatal de Vilna Gaon”. (Fuente citada y consultada:http://www.jmuseum.lt/old/en.jmuseum.lt/indexcfd5.html?Element=ViewArticle&TopicID=6).
Finalmente, y a modo de crítica, hay que reseñar que se echa en falta una historia de la vida judía en Lituania, sección que al parecer está cerrada hasta el próximo año por motivos desconocidos, y un concepto algo más moderno de museo en el que se complementaran los materiales ya existentes con contenidos multimedia, entrevistas en vídeo a personajes representativos de la comunidad y, en general, algo más de historia de las vivencias y avatares de los judíos de Lituania y Vilna. En cualquier caso, dado el tradicional antisemitismo imperante en los países bálticos durante décadas, es muy loable que haya instituciones como este Museo Judío Estatal de Vilna Gaon destinado a preservar la herencia, la memoria y el recuerdo de los miles de judíos que un día vivieron por estas tierras.
En 1939, la población judía de Lituania superaba las 263.000 personas; en 1959, ya en la época soviética y tras el aumento de las migraciones a Israel, quedaban apenas 24.000 judíos, mientras que hoy la comunidad agoniza con apenas algo de más de dos millares y en pleno descenso debido a su envejecimiento, según datos del censo del año 2021. La mayoría de esos judíos vive entre Vilna y Kaunas, la segunda ciudad lituana con mayor población judía antes de la Segunda Guerra Mundial y tristemente conocida por el pogrom del mismo nombre acontecido en junio de 1941.
Más información sobre el Museo Judío Estatal de Vilna Gaon en:
http://www.jmuseum.lt/old/en.jmuseum.lt/indexcfd5.html?Element=ViewArticle&TopicID=6