EL MUNDO RECUERDA LA LIBERACIÓN DE AUSCHWITZ

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Más de cuarenta jefes de Estado y de gobierno rendirán hoy homenaje en Jerusalén a las víctimas de la ­Shoah. Coincidiendo con el 75.º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz por el Ejército Rojo, Vladímir Putin tomará la palabra en el museo Yad Vashem, en las afueras de la ciudad tres veces santa, invitado por el presidente de Israel, Reuven Rivlin.

En nombre de las demás potencias aliadas, intervendrán el príncipe Carlos de Inglaterra; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; la canciller alemana Angela Merkel, y el vicepresidente de EE.UU., Michael Pence.

La policía israelí lleva a Macron a recordar a gritos, como Chirac, la soberanía francesa en la iglesia de Santa Ana

A pesar de ser una jornada de duelo, en memoria de uno de los capítulos más horrendos del siglo XX, no ha apartado de sí las mezquindades políticas. Por ejemplo, Andrzej Duda, presidente de Polonia, no acudirá porque la organización no le cede el micrófono para que pueda replicar las alusiones de Putin al colaboracionismo polaco. Su homólogo lituano tampoco comparecerá por motivos similares.

Asimismo, el primer ministro en funciones de Israel, Beniamin Netanyahu, intentará vender esta gran cita con escasos precedentes como una adhesión implícita a sus políticas. Sobre todo, contra sus bestias negras. A pocos sorprende ya su comparación del programa nuclear iraní con la amenaza que representó en su día el nazismo. Más difícil de digerir es su petición de sanciones contra el Tribunal Penal Internacional, después de que el mes pasado su fiscal general, la gambiana Fatou Bensouda, considerara investigar a Israel por crímenes de guerra en Gaza y Cisjordania.

“El antisemitismo hoy” es el hilo conductor de este V Foro Mundial sobre el Holocausto. Para satisfacción de sus anfitriones, Emmanuel Macron declaraba ayer que “negar la existencia del Estado de Israel es antisemita”, en línea con la polémica resolución de la Asamblea Francesa, el mes pasado, que equiparaba antisionismo y antisemitismo.

Habrá apenas treinta supervivientes de Auschwitz entre los ochocientos invitados al acto central

Por otro lado, así como Putin se acercará hoy a Belén, Macron quiso visitar ayer en Ramala a Mahmud Abas, presidente de la Autoridad Palestina. Mañana lo hará el príncipe de Gales. Como Chirac en 1996, el presidente francés acabó a gritos en la iglesia de Santa Ana, en Jerusalén Este, a fin de obligar a un “provocador” policía israelí a salir del templo de soberanía francesa, como otros tres en la Ciudad Santa.

Entre los ochocientos invitados al acto central de las conmemoraciones, este mediodía, habrá apenas treinta supervivientes de Auschwitz –más un acompañante– algo que ha levantado críticas.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, durante la ceremonia
La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, durante la ceremonia (RONEN ZVULUN / Reuters)

Aunque la Shoah debería estar más allá de cualquier cicatería, se antoja difícil en el actual momento de ebullición en Israel –de camino a sus terceras elecciones en un año– y Oriente Medio. Líbano está en las calles, Siria en guerra y Rusia ha vuelto. E Irán persevera, pese al cerco de sanciones de inspiración israelí, presentándose como último valedor de los palestinos, frente al abandono de los regímenes árabes o el tacticismo de Turquía. Un Irán contra las cuerdas, pero capaz de golpear a terceros o a través de terceros.

En contraste con los edificantes discursos del foro, tres palestinos morían anteayer acribillados en la verja de Gaza y el candidato Gantz prometía anexiones.

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