EL DIPLOMATICO PORTUGUES QUE HIZO FRENTE A LOS NAZIS

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CARLOS SAMPAIO GARRIDO, EL DIPLOMATICO PORTUGUES QUE HIZO FRENTE A LOS NAZIS

 

Como otros diplomáticos portugueses, Carlos de Sampaio Garrido no obedeció las órdenes de su gobierno y ayudó a salvar a decenas de judíos perseguidos por los nazis e incluso se enfrentó abiertamente con sus esbirros húngaros, poniendo en juego su vida.

 

Por Ricardo Angoso

 

Portugal, junto con España, trataron de mantener durante la Segunda Guerra Mundial una política de neutralidad activa y sin inmiscuirse en la contienda. A la vez, ambos países adoptaron una posición parecida con respecto al éxodo de los judíos que huían de Alemania y de los países ocupados por los nazis, negándoles la entrada y no otorgando ni siquiera visas de tránsito para que pudieran viajar hacia otros países. Sin embargo, pese a la oposición de sus gobiernos, algunos diplomáticos, saltándose las órdenes expresas dadas, otorgaron visas, entregaron pasaportes, emitieron salvoconductos y ayudaron a salvar miles de judíos, como es el caso del diplomático portugués que nos ocupa.

 

Carlos Sampaio Garrido nació el 5 de abril de 1883 y se licenció en Ciencias Económicas y Financieras. Desde el año 1901, en que entró en el Cuerpo Diplomático portugués, desempeño una larga carrera diplomática, entre cuyos principales destinos se encontraban las ciudades de Porto Alegre, Río de Janeiro, Sao Paulo y Buenos Aires. Destinos tranquilos y plácidos que no auguraban a este curtido diplomático las aventuras que le esperaban en Europa.

 

Como para la mayor parte de los europeos, la vida de Sampaio Garrido cambió el 1 de septiembre de 1939, cuando Hitler ataca Polonia y, cuatro semanas después, la ocupa totalmente e instala una administración “colonial” para los nuevos territorios ocupados. Ese mismo año, este diplomático portugués es nombrado Ministro Plenipotenciario y Embajador interino de Portugal en Budapest, cargo que desempeña entre 1939 y 1944. Hungría era en esos momentos cruciales para el futuro del continente uno de los principales aliados de los nazis en Europa del este.

 

Junto con otro diplomático portugués, Alberto Carlos Liz-Teixeira Branquinho, que era el Encargado de Negocios portugués en Budapest en 1944, Garrido alquiló casas y apartamentos para albergar y proteger a refugiados judíos de la deportación y el asesinato. Obtuvieron permiso del gobierno portugués para emitir salvoconductos a todas las personas que tuvieran parientes en Portugal, Brasil, las colonias portuguesas o tuvieran algún tipo de conexión con Portugal. Garrido y Branquinho también establecieron una oficina de la Cruz Roja Portuguesa en la legación portuguesa para atender a los refugiados judíos. Esto se hizo en gran parte en cooperación con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Portugal y bajo el mandato del Primer Ministro Antonio Oliveira de Salazar y bajo la condición de que estos refugiados no tratarían de obtener la ciudadanía portuguesa. (Fuente citada y consultada: https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Sampaio_Garrido).

 

Pero la situación se iba deteriorando día a día a medida que avanzaba la guerra y debido a la crítica situación de Hungría, un firme socio de los nazis pero que no ocultaba sus intenciones de negociar una paz por separado con los aliados, en un doble juego muy peligroso que pronto sería descubierto por Hitler y quien tomaría medidas muy drásticas.

 

PROTECCION DE LOS JUDIOS POR PARTE DEL EMBAJADOR

El embajador portugués, consciente de la gravedad de la situación y de la persecución de los judíos, decide actuar, tal como nos cuenta el Yad Vashem:” El 4 de abril de 1944, Carlos Sampaio Garrido, el Embajador de Portugal en Hungría, envió un cable diplomático a su gobierno en el que describía la difícil situación de los judíos en Hungría y los decretos antijudíos destinados a «humillarlos, robarlos y perseguirlos». Debido al bombardeo aliado, algunas de las embajadas decidieron mudarse desde Budapest a las afueras de la ciudad, entre ellas la portuguesa. El embajador alquiló una casa en Galgagyörk a unos 60 km. de Budapest, y trasladó las oficinas de la embajada y su hogar a la nueva ubicación. En su nueva residencia acogió a una decena de ciudadanos húngaros, la mayoría de ellos judíos, para protegerlos del peligro en la ciudad. Entre estas personas estaban su secretaria judía, Magda Gabor, y muchos miembros de su familia. Sampaio Garrido no informó a su gobierno de este hecho”.(Fuente citada y consultada: https://www.yadvashem.org/es/righteous/stories/sampaio-garrido.html).

 

Unos días después del reporte del embajador, el 23 de abril de 1944 y tras la ocupación alemana de Hungría, el gobernante portugués Salazar decidió ordenar a su embajador que regresara a Lisboa y dejara en su lugar al Encargado de Negocios, Teixeira Branquinho. La retirada del Embajador se produjo en respuesta a una solicitud de Gran Bretaña y Estados Unidos, que querían que los países neutrales degradaran su presencia diplomática en Hungría. Hungría estaba en esos momentos bajo un gobierno pronazi que colaboraba abiertamente con Alemania en la “solución final’, enviando a miles de judíos húngaros a los campos de exterminio.

 

Así nos cuenta el Yad Vashem lo que le ocurrió al embajador después: “Cinco días después, el 28 de abril de 1944, a las 5:00 de la mañana, la policía política húngara irrumpió en la residencia del embajador. El embajador intentó impedirles físicamente que ingresaran a su residencia, insistiendo en que su hogar era ex territorial y que estaban violando su inmunidad diplomática. En su testimonio, Annette (Tillemann) Lantos describió los momentos en que la policía irrumpió en la residencia del embajador:«Cuando el embajador les vio tomar a Magda, se puso el pie en la puerta y no les dejó irse».

Sin embargo, A pesar de la persistencia del embajador, los policías continuaron y arrestaron a sus «invitados» y los llevaron a Budapest. Sampaio Garrido continuó defendiendo la liberación de sus protegidos, hasta que los dejaron ir. No disuadido por esta incidencia y, aunque debía abandonar Hungría en cuestión de días, Sampaio Garrido presentó una queja ante el gobierno húngaro y exigió una investigación y una disculpa. Varios días después, los húngaros declararon a Sampaio Garrido persona non grata. Fue solo en este momento cuando el embajador informó a Salazar de la identidad de las personas que había alojado en su casa. Finalmente, el embajador logró antes de irse que sus invitados fueran liberados invocando los derechos legales extraterritoriales de las legaciones diplomáticas. Cinco de los invitados eran miembros de la famosa familia Gabor. Magda Gabor, actriz y socialité húngara, hermana mayor de Zsa Zsa y Eva Gabor, que era secretaria, prometida y amante de Sampaio Garrido.

 

Sampaio Garrido partió para Suiza el 5 de julio de 1944, acompañado de su secretaria, y dejando al frente de la embajada portuguesa a Teixeira Branquinho. Siempre en contacto con Garrido, Branquinho obtuvo autorización de Salazar para conceder pasaportes portugueses a judíos húngaros. En total, Portugal concedió alrededor de 1000 documentos de protección, de los cuales 700 fueron pasaportes provisionales sin indicación de nacionalidad portuguesa. Después, tras un corto paso por el Ministerio de Asuntos Exteriores en Lisboa, el diplomático fue enviado como Ministro Plenipotenciario a Estocolmo en el año 1945.

 

Sin embargo, pese a la labor heroica de este diplomático portugués y otros de otras nacionalidades, nada se pudo hacer para detener la maquinaría criminal de los nazis. Según la Enciclopedia del Holocausto del US Holocaust Memorial Museum, “De los aproximadamente 825.000 judíos que vivían en Hungría en 1941, unos 63.000 murieron o los mataron antes de la ocupación alemana de marzo de 1944. Bajo ocupación alemana, poco más de 500.000 murieron por causa del maltrato o fueron asesinados. Unos 255.000 judíos, menos de la tercera parte de los que habían vivido dentro de la ampliada Hungría en marzo de 1944, sobrevivieron al Holocausto. Cerca de 190.000 de ellos eran residentes de Hungría con sus fronteras de 1920”.

 

Carlos Sampaio Garrido murió en 1960 en el olvido y la desmemoria, sin haber sido reconocida su labor ni por su gobierno ni por ninguna institución internacional. A título póstumo, en el año 2006 la International Raoul Wallenberg Foundation rindió homenaje a Sampayo Garrido y Carlos de Liz-Teixeira Branquinho y  el 2 de febrero de 2010, la Comisión para el Nombramiento de los Justos, creada por Yad Vashem, le otorgó la medalla de los Justos entre las Naciones. Reconocimientos tardíos, pero que al menos reivindicaban su heroica labor en esa Hungría terrible y siniestra.

 

 

FUENTES CITADAS Y CONSULTADAS:

eSefarad:

https://esefarad.com/el-holocausto-hungaro-terror-y-horror-a-orillas-del-danubio/

 

Yad Vashem:

https://www.yadvashem.org/es/righteous/stories/sampaio-garrido.html

 

Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Sampaio_Garrido

 

Museo de los Justos:

https://www.museodelosjustos.com/historias/34-carlos-de-almeida-fonseca-sampaio-garrido-.html

 

 

 

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