EL CEMENTERIO JUDIO DE LA CALLE KOZMA DE BUDAPEST

En este momento estás viendo EL CEMENTERIO JUDIO DE LA CALLE KOZMA DE BUDAPEST

EL CEMENTERIO JUDIO DE LA CALLE KOZMA EN BUDAPEST

Es, quizá, el cementerio judío más grande de Europa y uno de los lugares más representativos y significativos de la larga historia de los hebreos en Hungría.

por Ricardo Angoso

Uno de los grandes cementerios judíos de Budapest y que recomendamos encarecidamente si visitas la capital húngara, es el conocido como de la calle Kozma, 8-10, -aunque realmente se llama Rakoskeresztúr-. Se encuentra al lado del Nuevo Cementerio Público (Újköztemető) y es uno de los más grandes de Europa,  siendo bien conocido por sus monumentos y mausoleos inusuales. Este lugar es poco común para un cementerio judío, porque incluye figuras humanas esculpidas y mausoleos elaborados en una variedad de estilos, sobre todo varios de ellos en el estilo Art Nouveau o jugendstil, tal como hemos podido leer en la información que hemos encontrado sobre este recinto sagrado en las páginas de Wikipedia.

El cementerio de la calle Kozma se abrió en el año 1891 por la comunidad judía de Budapest y sus obras se comenzaron en 1868 tras ser cedidos unos terrenos a la misma. Es el mayor cementerio judío de Budapest y seguramente uno de los más grandes del continente. Durante su historia ha sido el lugar de sepultura de más de 300.000 personas. Todavía sirve a la comunidad judía de Hungría, que es la tercera más grande de Europa, aunque no tengo datos fiables acerca del número de judíos que viven en esta ciudad hoy en día. Las cifras varían de una fuente a otra y son muy contradictorias.

Hemos encontrado esta reseña en las páginas de la Gran Sinagoga de Budapest (http://www.greatsynagogue.hu/t_cemeteries.html), que es la que se encuentra en la calle Dohany, y que nos aporta algunos elementos más acerca de este gran campo santo: “Este cementerio judío es el más grande de su tipo en Hungría. Fue inaugurado en 1893, junto al Nuevo Cementerio Público (Uj koztemeto). El monumento a las 600 000 víctimas húngaras del Holocausto se encuentra en este cementerio. Las tumbas, los mausoleos y los santuarios son impresiones excelentes de la cultura judía y de la secesión húngara (Art Nouveau), la arquitectura propia del XIX y también siglo XX. El santuario más conocido es la tumba de Schmidl, hecha para la familia de Sandor Schmidl en 1903. Dos arquitectos famosos de la época, Bela Lajta y Odon Lechner, diseñaron esta hermosa tumba usando la cerámica Zsolnay”.

En una reseña escrita por la doctora Claudia Venhorst, hemos podido leer este apunte que ilustra algo sobre este lugar que, por cierto, todavía permanece activo y abierto al público:”Como los cementerios judíos sólo albergan tumbas eternas (las tumbas no se vacían), la estructura de los cementerios permanece y nos proporciona mucha información. Algunas parcelas están claramente cubiertas de vegetación, ya que, debido al Holocausto, no había familiares que se hicieran cargo de ellas. Pero a veces se encuentra en una de estas tumbas antiguas cubiertas de vegetación un signo de una visita reciente. En las parcelas más modernas se pueden encontrar más flores y velas. A lo largo de los caminos hay bastantes tumbas recientes cubiertas de flores. El cementerio también es conocido por sus monumentos y mausoleos inusuales para un cementerio judío, que incluyen figuras humanas esculpidas y mausoleos elaborados en una variedad de estilos (entre los que destacan varios mausoleos de estilo Art Nouveau o judendstil). La entrada está dominada por una enorme capilla abovedada del cementerio, diseñada por el arquitecto Bela Lajta”.

Entre los puntos más destacados del lugar, hay que reseñar la impresionante  tumba de estilo Art Nouveau realizada por el ya citado  Bela Lajta y Odon Lechner, dos famosos arquitectos de la época. Este conocido y hermoso santuario es el mausoleo construido para la familia de Sandor Schmidl en 1903, como ya hemos dicho antes. También el cementerio es el lugar de enterramiento de Simon Ben David Oppenheimer, el presidente del Consejo Rabínico, que murió a los 100 años, y del rabino jefe Samuel Kohn, así como de la élite judía de los siglos XIX y XX, como el primer campeón olímpico de Hungría, el nadador Alfred Hajós. Las criptas familiares, en diferentes estados de conservación, son obras maestras de la arquitectura, decoradas con azulejos y mosaicos de Zsolnay.(Fuente consultada: https://www.budapestinfo.hu/en/jewish-cemeteries-in-budapest).

En este cementerio se encuentra un monumento en memoria de las 600.000 víctimas húngaras del Holocausto y en el mismo hay un listado pormenorizado de algunas de las miles de víctimas del Holocausto en Hungría, relatando la procedencia de las víctimas, las fechas de nacimiento y probable asesinato y el lugar donde se produjo el crimen. No obstante, conviene que analicemos el desarrollo y las consecuencias que tuvo para la comunidad judía húngara el Holocausto.

LA IRRUPCIÓN DEL HOLOCAUSTO Y EL FINAL DE LA VIDA JUDÍA

Como sucedió en toda Europa, a  raíz de la llegada al poder de Hitler en Alemania, en 1933, las cosas cambiaron súbitamente y el gobierno húngaro -de corte derechista y nacionalista- se derechizó aún más y se fue acercando, paulatinamente, al régimen nazi. Los años en que estuvo en el poder el regente Miklós Horthy (1920-1944) se caracterizaron por un nacionalismo revisionista que reivindicaba una Gran Hungría, un autoritarismo rayano en el totalitarismo, la presencia de un marco formal democrático pero vacío de contenidos fundamentales y libertades y una política exterior orientada hacia la Alemania nazi. El antisemitismo, cómo no, también estuvo presente en la vida política húngara como un eje fundamental del gobierno autoritario y casi de corte fascista de Horthy.

Pese a todo, Horthy se negó a ir más allá en sus políticas y no se iniciaron, hasta el año 1944, las primeras deportaciones en masa de la población judía húngara. A partir de enero de 1944, cuando los alemanes tienen casi definitivamente perdida la guerra después de haber sufrido numerosos reveses, los campos de la muerte trabajan a un ritmo infernal, al considerar que los judíos estaban muriendo demasiado lentamente y que se necesitaba acelerar al máximo el exterminio de los hebreos de Europa. Hitler, junto con sus colaboradores en la mayor  persecución de la historia, pretendía que Hungría se implicase en la guerra y que también colaborase en el envío masivo de los hebreos a los campos de la muerte. Horthy, que es un antisemita convencido pero no un criminal, se seguía resistiendo. Incluso una entrevista entre el dictador húngaro y el máximo dictador nazi fracasa, debido a las reticencias de Budapest en implicarse a fondo en el genocidio organizado.

El 19 de marzo de 1944, cuando todo parece indicar que  Alemania  saldría derrotada del conflicto bélico, Hungría es ocupada por los nazis, que ya no ocultan su malestar por el doble juego húngaro, manteniéndose teóricamente en el bando alemán pero negociando con los aliados y soviéticos una salida airosa de la guerra. Hitler ocuparía Hungría con el fin de que todos los judíos húngaros, junto con los que habían escapado de Eslovaquia, Rumania y Polonia, fueran enviados a los campos de la muerte.

Muy pronto, e instalada una administración en Budapest dócil a los deseos de los alemanes, la maquinaría genocida comenzó a trabajar y la persecución de los judíos se llevó a cabo de una forma metódica y “profesional”, tal como habían hecho los alemanes en otras partes ocupadas.

Entre 1944 y 1945, siguiendo los planes de los nazis ayudados por los verdugos voluntarios de Hitler, unos 450.000 judíos fueron asesinados en los campos de la muerte y en las matanzas perpetradas por los fascistas. De ese cifra hay que reseñar la muerte de miles que murieron cuando empezó el asedio de Budapest por parte del Ejército Rojo sobre la capital húngara, sometida a escasez, combates y bombardeos. El partido fascista húngaro aliado de los nazis y en el gobierno en el último momento, la Cruz Flechada, aprovechando el caos reinante, se lanzó a una sádica oleada de violencia contra la población judía en la ciudad. Linchamientos y matanzas colectivas se realizaron en las calles, haciendo fusilamientos en masa o torturando delante de otros ciudadanos a judíos a los que se hacía practicar flexiones sobre bayonetas. A veces mujeres e incluso sacerdotes católicos participaban en las matanzas, estos últimos gritando: “¡En nombre de Cristo…fuego!”. La mayor matanza se llevó en los puentes sobre el Río Danubio, en los cuales a los judíos se los tiraba en interminables filas atados de dos, otorgando un disparo de pistola a uno que arrastraba con su peso al otro hacia el fondo. Antes de ser arrojados al frío Danubio, siguiendo las rancias tradiciones fascistas, eran despojados de todos sus bienes de valor. (Fuente consultada: http://www.eurasia1945.com/acontecimientos/crimenes/hungria/).

Una vez concluida la guerra, y liberada Hungría por los soviéticos, quedaban con vida algo más de 160.000 judíos, una cifra que tras la sangrienta revolución de 1956 -aplastada con los tanques del Pacto de Varsovia- disminuyó aún más y la vida judía se apagó casi definitivamente hasta hoy, en que ha habido un tímido y positivo despertar en todos los órdenes. Hoy la cifra podría superar los 47000 (¿?), que, pese a ser una cifra pequeña, significa que es una de las grandes comunidades judías de Europa del Este en este momento.

Vìdeo sobre el cementerio: https://www.youtube.com/watch?v=yoJrmRAlbQE

Deja una respuesta