BELGRADO, SIN APENAS SEÑALES DE LA VIDA HEBREA
Belgrado es conquistada por los turcos en 1521 y de esa fecha datan las primeras noticias de la presencia de los judíos sefardíes en la ciudad. La ciudad serbia, en manos turcas hasta el siglo XIX, cuando se produce la independencia de Serbia y Belgrado paso a ejercer su rol como capital, vivió siempre en la encrucijada entre grandes imperios y países que se la disputaban entre sí.
Hay noticias de algunos ataques antisemitas entre los siglos XVII y XVIII y las crónicas históricas señalan que las tropas austriacas saquearon el barrio judío, en 1688, en represalia por la supuesta simpatía de los hebreos hacia los otomanos. Unos años antes, en 1663, la comunidad judía podría superar los seis centenares de hebreos.
Belgrado fue retomada por los turcos en 1739, pero la ciudad cambió de manos varias veces y los judíos vivían con algunas restricciones. Tenemos noticia de que en 1777 había en la ciudad 800 hebreos, una cifra muy pequeña si la comparamos con otras ciudades de la región, como Budapest, Bucarest o Viena. En 1807, los serbios expulsaron a todos los judíos de la ciudad, regresando algunos entre 1811 y 1813, aunque en este último año volvieron a ser expulsados. En el periodo de la Edad Media, hay que reseñar que la ciudad tuvo varios rabinos muy carismáticos y conocidos, como Meir Andel, Yeshuva Lerma y Simha ha-Kohen.
Finalmente, en 1815 los judíos se suman al movimiento de liberación nacional inspirado por los serbios contra la Sublime Puerta, que concluye con la declaración de un estado de autonomía al príncipe de Serbia Milos Obrenovich. En 1831, la comunidad tuvo un notable crecimiento, doblándose, y llega hasta los 1.300 miembros. En 1865, hay noticias de un pogrom antisemita en la ciudad de Sabac y hasta el Congreso de Berlín, en 1878, que obligó a todos los estados a respetar a sus minorías étnicas, los judíos no respirarían tranquilos.
El reconocimiento de plenos derechos civiles por parte del parlamento serbio llegará en el año 1889, al tiempo que los judíos se iban integrando paulatinamente en la sociedad y participando en la vida social, política y económica de la nueva nación serbia. En 1888, como fruto de esa tolerancia hacia sus costumbres y modo de vida, salió el primer periódico en ladino que sobreviviría hasta finales de siglo XIX.
En la Primera Guerra Mundial, Belgrado pasaría a ser la capital del nuevo Estado yugoslavo y se asiste a un cierto florecimiento de la vida judía de la ciudad, llegando a contar la comunidad antes de la ocupación nazi de Serbia con unos 12.000 miembros. Los alemanes ocuparon Serbia y, entre octubre de 1941 y mayo de 1942, diezmaron a la comunidad judía, bien en varias acciones indiscriminadas o en los campos de muerte donde fueron enviados. Una estimación más o menos precisa del número de víctimas podría estar por encima de los once mil, lo que significaría más del 90% del censo judío de de la época. Solamente sobrevivieron en Belgrado 1.115 judíos tras la contienda y el Holocausto.
La vida judía, en estas circunstancias tan adversas, fue consumiéndose paulatinamente y casi desapareció para siempre. Sin embargo, se reanudaron las actividades comunitarias y los servicios sociales y religiosos de la comunidad. Un censo del año 1947 señalaba que había 2271 judíos en Belgrado, aunque se calcula que algo más de la mitad ya había emigrado a Israel u Occidente en algo menos de dos años. En 1969, ya en plena época comunista bajo la égida de la Yugoslavia de Tito, había 1602 judíos en Belgrado.
La crisis económica de los noventa, la desintegración Yugoslavia, las sucesivas guerras civiles en el país (1992-1999) y un ambiente político irrespirable, sobre todo en los tiempos de Slobodan Milosevic, provocaron la marcha de miles de judíos del país. En la actualidad, se calcula que podrían vivir en toda Serbia entre 1.200 judíos y 2.400 como máximo, aunque quizá algo menos debido al envejecimiento de esta población y a la marcha de miles de personas del país debido a la mala situación económica.
1.Cementerios judíos. Los dos grandes cementerios judíos de Belgrado están uno enfrente del otro. Ambos cementerios judíos se encuentran a unos 10 minutos en automóvil desde el centro de la ciudad y en el interior de unos de ellos, el ashkenazí, se erige el monumento a las víctimas del Holocausto. El sefardí data del año 1888 y el ashkenazí, comunidad judía más minoritaria en la sociedad serbia, de 1952. Ambos permanecen activos, aunque el día que fui a visitarlos, un sábado -día sagrado para los judíos-, el sefardí estaba cerrado y en el askenazí nadie me pudo recibirme o atenderme para preguntarle algunas cuestiones. El monumento dedicado a las víctimas del Holocausto recuerda delante de dos grandes tablillas de piedra el mayor aniquilamiento sufrido por los judíos en el continente. Fue levantado, como el cementerio donde se encuentra, en 1952 por el gobierno yugoslavo con el apoyo de la comunidad judía. Como ya se ha dicho, se encuentran uno enfrente del otro. Si vas con taxi, lo mejor es que le digas esta dirección: Mije Kovačevića, 1, y luego pases a ver el ashkenazí.
El cementerio ashkenazí también cuenta, en su entrada nada más traspasar la puerta, con un impresionante monumento dedicado a los soldados judíos que murieron en las guerras de 1912-1913, más conocidas como de los Balcanes, y la Primera Guerra Mundial. Todos los monumentos, junto con las tumbas, lápidas y placas en recuerdo de muchas víctimas de la represión nazi y el Holocausto, están en muy buen estado, limpias y, como dirían los militares, en perfecto estado de revista. El sefardí suele estar cerrado, pero desde sus vallas de piedra puedes divisar las tumbas y tomar algunas fotos. Dirección: Cementerio Central, Mije Kovacevica Street, 1. (Están uno enfrente del otro).
2.Museo de Histórico Judío de Belgrado. Es un museo pequeño, curioso y algo desordenado. Te recomendamos consultar horarios porque suele estar cerrado casi siempre. El Museo Histórico Judío, fundado en 1948, es el único en toda la región. Además de la colección del museo, también conserva un gran archivo. El museo está ubicado en el primer piso del edificio de la Comunidad Judía de Belgrado, en el mismo centro de la ciudad. El edificio fue diseñado en 1928 por el arquitecto Samuel Sumbul, para las necesidades de la entonces comunidad sefardí judía.
3. Monumento a los combatientes judíos caídos y víctimas del fascismo del cementerio judío de Belgrado. Está construido en la parte askenazhí del cementerio y data de los años cincuenta, en que el régimen socialista quiso rendir homenaje a los miles de judíos caídos en la guerra, tanto civiles como partisanos, y también a las víctimas del fascismo.
El arquitecto que levantó el Monumento al Holocausto, Bogdan Bogdanovic, nos habla de los ataques a los cementerios en esta época, recordando que no estamos tan inmunes al regreso a la barbarie, y nos han parecido muy oportunas sus palabras para reseñar este lugar:”Los modernos bárbaros arrasan también los cementerios, con la misma entrega con la que devastan las ciudades. Porque siendo los cementerios una especie de ciudad, de nuevo aparece aquel mismo pánico terrible contra la amontonada memoria “ajena” y los indescifrables mensajes ocultos. Además, los destructores no saben -¿cómo pueden saberlo?- que atacan a la memoria de sus prójimos rompiendo los lazos de la propia memoria antropológica.”
4. La Sinagoga Sukkat Shalom. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Belgrado tenía tres sinagogas, mientras que ahora sola queda esta que reseñamos abierta al culto. Se trata de una sinagoga askenazhí, imponente pero simple, diseñada por Milan Schlang y erigida en 1925 detrás de un muro cerrado en un patio de buen tamaño. Fue utilizada como un burdel militar por los nazis, en uno de sus actos tan bárbaros como innecesariamente crueles. Hoy en día está bien mantenida y se utiliza para servicios regulares de la comunidad. Por lo que tengo entendido, no se puede visitar. (Fuente consultada: https://www.domovina.com/Belgrade-9-Jewish-Heritage-tour.html).
5. Jevrejska Ulica. Era la calle más importante del antiguo barrio judío y todavía conserva su nombre, significando literalmente calle de los judíos. En 1908 abrió sus puertas en esa calle una sinagoga en estilo morisco que fue destruida por los nazis, en 1941, durante la ocupación nazi de Serbia. Era la principal calle del popular barrio Dorcol, también conocido como el judío, y se encuentre relativamente cerca de las orillas del río Danubio.
Una información muy completa